sábado, 17 de octubre de 2015

REGALO

Ponernos en el lugar del otro es importante para saber lo que siente y cómo puede reaccionar ante nuestras acciones. Las sorpresas o momentos en que tenemos que hacer regalos son, por ejemplo, algunas de las situaciones en las que necesitamos ponernos en la mente de la otra persona para poder acertar. Pero también cuando llevamos a cabo cualquier otro tipo de conducta, porque nuestras acciones tienen repercusión sobre la vida de los demás.

¿Todos tenemos el instinto de compartir, de pensar en el otro? ¿Se pierde con la edad? Mira este pequeño experimento de acción contra el hambre:

 
Tener tacto o delicadeza es una habilidad que se basa directamente en la capacidad para ser empáticos. Sin ello no podemos anticipar cómo se sentirán los demás cuando tengamos que comunicarles algo que, eventualmente, puede ser delicado o negativo. Igualmente, para dar sorpresas o hacer buenos regalos, ha de tenerse un cierto grado de empatía, afrontar el reto de ponerse en la mente de otras personas para acertar.


“Vamos a practicar esta habilidad que simplemente consiste en pensar en la otra persona y ponerse en su lugar”
El profesorado indica que cada alumno y alumna deberá coger un papel de una bolsa que contendrán todos los nombres de toda la clase. Tendrán de plazo una semana para ponerse en la mente de la otra persona y pensar en sus características, sus gustos, sus ilusiones… para poder acertar con un regalo que, a ser posible, será algo simbólico.

Texto extraído de los materiales de la Fundación Botín

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